Los vecinos de ambos municipios han mostrado su rechazo a este proyecto, argumentando que la planta generaría un importante movimiento de residuos, con hasta 16 trailers al día circulando por la zona. Además, están preocupados por los posibles problemas ambientales que podría acarrear, como malos olores, emisión de gases y contaminación.
La planta de biogás está prevista para tratar 75.000 toneladas de residuos al año en una primera fase, con la posibilidad de ampliar esta cifra hasta las 150.000 toneladas anuales. Ante esta situación, los vecinos temen por la salud y la calidad de vida de la zona, y han solicitado la paralización del proyecto.
Por su parte, las autoridades locales han señalado que se está llevando a cabo un estudio exhaustivo de impacto ambiental para evaluar los posibles riesgos y beneficios de la planta. Mientras tanto, la polémica continúa entre los vecinos de Colmenar Viejo y Tres Cantos, que se mantienen en pie de guerra ante esta situación.


