En el distrito madrileño Fuencarral-El Pardo se puede solicitar desde hace dos semanas un autobús de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) prácticamente como si fuera un taxi, un Uber o un Cabify. La idea es que sean tramos personalizados a demanda que ayuden a los usuarios a moverse más ágilmente en una zona en la que la asistencia a clase o al trabajo se ve dificultada por una mala conexión por transporte público. El servicio lleva funcionando desde el 19 de diciembre, pero de momento no ha dejado una buena sensación entre los vecinos, que han luchado durante años para que se ponga en marcha un transporte público que conecte bien los barrios del Pilar, Arroyo del Fresno, Mirasierra, Montecarmelo y Tres Olivos.
Teresa, quien ha preferido no revelar su apellido, fue una de las primeras en solicitarlo. Lo hizo el primer día en que se puso en marcha, el 19 de diciembre, para probarlo y valorar enviar a sus hijos al instituto en este medio de transporte, ya que siempre los lleva en coche desde su casa, en Tres Olivos, al instituto más cercano, en Montecarmelo. Tardan cinco minutos, mientras que en autobús regular o en metro se alarga a 50 debido a que no está bien conectado. Desde el primer momento tuvo problemas con el nuevo servicio: no supo exactamente dónde esperarlo y, cuando lo vio, tuvo que correr hacia la parada para poder subirse.
En el microbús, más pequeño que un autobús de línea regular, solo viajaban Teresa y otra persona. Para tomarlo, ambas descargaron la aplicación Smart Bus, disponible en App Store y Google Play. Se solicita el viaje, mínimo con 24 horas de anticipación, y solo para moverse dentro del distrito. Se debe indicar la ubicación de salida, de llegada y la cantidad de pasajeros. El viaje se confirma y, 30 minutos antes de que se inicie, se refleja la ubicación del autobús asignado ―de los dos destinados para el proyecto― en tiempo real, además de la hora de recogida. La tarifa es la misma que para cualquier otro autobús de la EMT y el horario es de 7.00 a 20.00.