La Fiscalía pide 18 años de cárcel para el asesino confeso de su suegra, que tenía 73 años, en la localidad madrileña de Chapinería en julio de 2020, quien será juzgado por un tribunal con jurado a partir del próximo viernes acusado de matar a la víctima y descuartizar el cadáver, que escondió en varios lugares.
Según ha informado la Fiscalía de Madrid, está previsto que el juicio con jurado arranque el próximo viernes, día 12, en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial y el Ministerio Público acusa al procesado de un delito de asesinato por el que pide que sea condenado a 18 años de cárcel, ocho años de libertad vigilada y que pague una indemnización de 30.000 euros a una hija de la fallecida.
El fiscal interesa en cambio el sobreseimiento de la causa contra otra de las hijas de la fallecida, pareja del acusado, que estaba acusada de encubrimiento del crimen, ya que al ser la novia del procesado no se le puede imputar ese delito en virtud del artículo 454 del Código Penal, que exonera de penas a los encubridores «de su cónyuge o de persona a quien se hallen ligados de forma estable por análoga relación de afectividad», entre otros.
El escrito de acusación de la Fiscalía sostiene que entre las 17:00 horas del 23 de julio de 2020 y las 12:00 del 25 de julio de 2020 el acusado, que residía en el domicilio de la madre de su pareja sentimental en Chapinería, se abalanzó «sorpresivamente» sobre la víctima mientras estaba sentada en el sofá de su vivienda.
Acto seguido le asestó una puñalada con un cuchillo en el cuello, causándole la muerte, según la Fiscalía, que destaca que el acusado, que tenía entonces 38 años, se valió de su superior fuerza y complexión física para atacar a la mujer, de 73 años.
Fuentes de la investigación informaron tras el crimen de que el acusado es Emilio R.M., apodado El Loco, quien confesó ante la Guardia Civil y luego ante la jueza del caso que mató a María Luisa Camacho, su suegra, a finales de julio de 2020.
Tras el hallazgo del cuerpo, descuartizado, fueron arrestados y enviados a prisión tanto El Loco como una de las hijas de la fallecida, pero ésta quedó luego en libertad por orden de la Audiencia Provincial, aunque investigada por encubrimiento.
Fue otra hija de la fallecida la que denunció la desaparición de su madre, el 29 de julio, al sospechar que le pasaba algo malo tras las versiones contradictorias sobre el paradero que le daba su hermana.
Una vez detenido el hombre confesó, y lo volvió a hacer ante la jueza de Navalcarnero que instruyó la causa, ante la que relató cómo perpetró el crimen, desmembró el cuerpo, cuya cabeza cree que se la llevaron los animales salvajes, y lo repartió por varios lugares.
Exculpó a su novia, hija de la asesinada, asegurando que dormía mientras tanto, según informaron en su día fuentes jurídicas.
Emilio R.M. modificó ante la jueza la versión inicial que dio tras el crimen, en la que dijo que la mató por dinero, detallando que su suegra les dijo a él y a su novia que se fuesen de su casa.