La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a los tres agentes de la Policía Nacional que mataron a tiros a un joven en el distrito madrileño de Puente de Vallecas en 2021 al entender que dispararon para defenderse de los ataques con un cuchillo del fallecido.
La sentencia refleja el veredicto que hace unas semanas emitió el jurado popular que juzgó a los agentes, que los exoneró por mayoría de siete votos sobre nueve del delito de homicidio del que estaban acusados al considerar que concurría la circunstancia eximente completa de legítima defensa.
En ella, el magistrado relata cómo el 26 de noviembre de 2021 los policías acudieron al domicilio del fallecido, Kevin Peralta Asencio, quien se encontraba «muy agresivo» y que minutos antes había intentado agredir con un cuchillo a sus familiares.
Pese a las indicaciones de los intervinientes para que tirara el arma blanca al suelo, el fallecido «se abalanzó sobre los acusados y les atacó con el cuchillo», de 12,5 centímetros de hoja, «en sucesivas e indeterminadas ocasiones».
Tras sucesivos ataques, dirigidos a «zonas vitales» y que pusieron «en peligro» la vida de los agentes, el fallecido logró arrebatarle a uno de ellos el escudo protector y tirarle al suelo.
Fue entonces cuando los agentes efectuaron 19 disparos en menos de un minuto «con ánimo de defenderse», siete de los cuales impactaron en el joven, concretamente cuatro de ellos en el abdomen.
En línea con el veredicto, el juez considera que los agentes «habían agotado los medios previos de que disponían para repeler la agresión (escudo y defensa reglamentaria), no teniendo otro medio a su alcance que el uso de sus armas» y que su reacción fue «la que cabría esperar de cualquier persona que se encontrara en la misma situación».
«Ninguno de los disparos individualmente considerados era letal», subraya la sentencia, pero la suma de todos ellos le provocó una «intensa hemorragia» que derivó en su fallecimiento pocos minutos después.
El fallo recoge las lesiones sufridas por los acusados, mayoritariamente contusiones, y el hecho de que el fallecido había consumido cannabis, sildenafilo -viagra- y MDMA el día de los hechos.
También aquellos aspectos que el jurado declaró no probados, como que los policías consiguieron arrebatarle el cuchillo antes de matarle o que solo portaba el mango del mismo.
La Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de dos años y medio de cárcel por homicidio con la eximente incompleta de legítima defensa, pero en la recta final del juicio cambió de criterio y se adhirió a la absolución, en línea con la postura que desde el primer momento tomaron la defensa de los agentes y la Abogacía del Estado.
Por su parte, las acusaciones particulares que ejercían dos familiares del fallecido solicitaban que los policías fueran condenados a cinco años de prisión.