Pearl Jam ha llegado a Madrid seis años después de su último concierto en la ciudad, que también tuvo lugar en el marco de Mad Cool, y solo unos días después de actuar en Barcelona, donde Vedder confesó que, a causa de una bronquitis severa que les obligó a cancelar un buen número de «shows», había vivido «una experiencia cercana a la muerte».
Quizás de ahí la dosis extra de energía con la que la banda se ha presentado, oscilando desde el «grunge» del que fueron abanderados en sus orígenes en los 90 (han recordado por ejemplo que en 1992 ofrecieron aquí su primera actuación en la sala Revólver) hasta el punk y el hard rock que también les acompañó en su carrera.
Buena culpa de ello la tiene también su último disco, ‘Dark Matter’ (2024), que los ha vuelto a enchufar a la distorsión y el vigor roquero, con cortes como ‘Scared of Fear’, que han sonado esta noche alternándose con hitos irrenunciables de sus primeros años como ‘Corduroy’ o ‘Daughter’.
Mientras la voz profunda de Vedder ha llevado al festival a otro tiempo ya mítico de la memoria musical, compañeros como Mike McCready han demostrado por qué sigue siendo uno de los mejores guitarristas del mundo, con virguerías como el endiablado «riff» que ha tocado con el instrumento tras la nuca.
Como curiosidad, cabe destacar los homenajes en forma de canción lanzados para sus «amigos» Javier Bardem y Miguel Ríos. «Me gustaría dedicar esta canción a uno de mis héroes y estoy feliz de poder llamarlo amigo: Miguel Ríos. Gracias por venir. No se puede encontrar un hombre mejor», ha dicho del granadino, para el que ha entonado ‘Better Man’.
Otra de las voces especiales de la jornada ha sido la de Michael Kiwanuka. Su concierto, celebrado en coordinadas musicales y de hora similares al de ayer de Janelle Monáe, sí ha contagiado de una vibra especial gracias al viento que atenuaba el calor y a un sonido preñado de raíces negras que han borrado del imaginario que, en realidad, todo tenía lugar en un secarral madrileño.
A la misma hora en el tercer escenario concluía el concierto de Russian Red, retrasado por ese mismo viento que obligaba a desmontar alguna pantalla. Resuelta la coyuntura, la española ha presentado las canciones de su reciente y sensual disco ‘Volverme a enamorar’, antes de dar paso a los suecos Mando Diao, que han reclutado a tanto público como algunos de los conciertos principales.
Precisamente el viento ha obligado también a bajar una de las pantallas poco después en el concierto de Keane. La banda sin guitarras ha servido un repertorio retrospectivo muy del agrado del público, que ha cantado a pleno pulmón al lado de Ben Chaplin y su garganta de infinita proyección.
«Me sorprende que la gente conozca nuestras canciones fuera de Reino Unido», ha dicho el cantante con una sonrisa permanente durante su concierto y tras entonar muchas piezas de su ya emblemático ‘Hopes And Fears’ (2004), que anda de aniversario y que ha convertido este «show» en uno de los más memorables de la jornada.
Tras la actuación de Greta Van Fleet, que pone el cierre a la jornada, este viernes se celebrará una nueva remesa de actuaciones con los italianos Maneskin como cabezas de cartel, además de la leyenda del rock americano Tom Morello o la despedida de los canadienses Sum 41.