La tradición del besapié y el besamanos cada primer viernes de marzo se ha convertido en un ritual que anticipa la llegada de la Semana Santa. Durante este tiempo, los fieles comienzan a sentir el ambiente penitencial y reflexivo que caracteriza esta importante festividad religiosa. Las imágenes de ambos santos son veneradas con profunda devoción, recordando su significado espiritual y cultural. La historia de estas cofradías es rica y significativa. Jesús El Pobre tiene sus raíces en principios del siglo XIX como una congregación de esclavos. Sin embargo, tras la devastación de la Guerra Civil española, su archivo fue perdido y fue reorganizada en 1940, resurgiendo con más fuerza entre los devotos.
Por otro lado, Jesús del Gran Poder también tiene una larga trayectoria y comparte con El Pobre el honor de realizar su estación de penitencia durante la tarde y noche del Jueves Santo. Este año, como es tradición y si el tiempo lo permite, procesionará por las emblemáticas calles del histórico Madrid de los Austrias durante más de cinco horas. A medida que se acerca la Semana Santa, estos actos no solo fortalecen la unión entre los madrileños, sino que también reafirman su identidad cultural y espiritual. En cada beso y cada oración resuena un eco de historia, fe y comunidad que sigue vivo en el corazón de Madrid.


