La vida de Jacqueline cambió radicalmente el día que, tras quedarse en paro, decidió alquilar su casa a su mejor amiga para buscar nuevas oportunidades laborales en Londres. Lo que comenzó como un gesto de amistad acabó convirtiéndose en su peor pesadilla.
Lejos de agradecer el gesto de confianza, su ahora ex amiga decidió dejar de pagar el alquiler y convertirse en inquiokupa y, por si eso fuera poco, le informó de que estaba amparada por la ley por su condición de madre soltera y que no tiene intención de dejar la vivienda.
A esto se suma que la amiga que se convirtió en inquiokupa ha decidido demandarla alegando que la ha engañado y Jacqueline denuncia además que ha empezado a acosarla y amenazarla.
Jacqueline se siente totalmente desamparada por el sistema. «Abogados, servicios sociales, juzgados, policía… nadie nos protege. Todo el mundo me dice que o se puede hacer nada», lamenta.
Tras siete meses sin recibir ningún ingreso por el alquiler de su vivienda su deuda asciende a casi 9.500 euros. Además afirma que ha tenido que dejar de pagar las facturas de agua y electricidad por no tener ingresos y tener que seguir pagando la hipoteca.
La ex amiga ha denunciado a Jacqueline para intentar frenar el desahucio previsto para este mes de mayo, alegando que «esto era un local reformado en vivienda», «ha solicitado que al poner una demanda penal vaya por encima de la demanda civil que le he puesto por impago», dice.
«La persona que está ahí está viviendo a mi costa y yo no tengo donde vivir», denuncia Jacqueline. A esto se suma que la inquiokupa presuntamente ha iniciado una campaña de difamación en redes sociales. Junto a una amiga y valiéndose de perfiles falsos «ha dicho que me dedico a la prostitución (…) incluso ha contactado con mi madre y con conocidos diciendo lo mismo», asegura.
Jacqueline se muestra cada vez más desesperada ante una situación para la cual no ve una solución a corto plazo. «Lo más desesperante es que están protegiendo a la persona que delinque en contra de nosotros y estamos totalmente desprotegidos sin ningún tipo de derecho o ayuda», ha concluido.
