Ha llegado la hora de la verdad en el barrio madrileño de Montecarmelo. La Asociación Científica Arqueoantro, una empresa contratada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, comenzará este martes 13 de agosto la búsqueda de una fosa común de la guerra civil en la parcela de la discordia, la 26.2b, donde se ha librado una batalla entre los vecinos y el Ayuntamiento de Madrid por el proyecto de un cantón de basuras. Los técnicos de ArqueoAntro trabajarán en un proyecto de prospección arqueológica para determinar, de una vez por todas, si en este solar están o no 451 cuerpos de brigadistas internacionales. Esta es la primera vez que, en democracia, se hacen excavaciones en Madrid capital para buscar un enterramiento de brigadistas.Más informaciónLa batalla de Montecarmelo: las “erratas” de Almeida y los cambios de planos para sortear la fosa de los 451 brigadistasSe prevé que este martes el equipo de ArqueoAntro lleve una máquina retroexcavadora para retirar el sedimento con mayor facilidad y ver si hay algo bajo la tierra. La empresa ha recomendado a los vecinos no acercarse a menos de 75 metros de la máquina y no pasar por las zonas que serán balizadas.Los 451 brigadistas internacionales que busca Memoria Democrática fallecieron entre 1936 y 1937 en enfrentamientos y bombardeos. Fueron enterrados en un cementerio que era propiedad de las Brigadas ubicado justo al lado del cementerio municipal de Fuencarral. Pero, en 1941, por orden de las autoridades franquistas, fueron exhumados y llevados “a la fosa común del cementerio de esta localidad”, según figura en actas de las sesiones del entonces Ayuntamiento de Fuencarral. Hoy se conoce la identidad y nacionalidad de parte de los 451 brigadistas gracias a un listado de inhumaciones de las Brigadas Internacionales, digitalizado y publicado por el Archivo de la Internacional Comunista. Entre ellos está, por ejemplo, Julian Bell, sobrino de la escritora británica Virginia Woolf.Llegar a este día no ha sido fácil. La AABI y vecinos de Montecarmelo alertaron de la posible existencia de la fosa en noviembre, pocos meses después de que estallara el escándalo en el barrio por el proyecto de un cantón de basuras y de una base del SELUR. Memoria Democrática se interesó por el caso y en febrero de este año adjudicó un contrato por casi 18.000 euros para que ArqueoAntro hiciera las catas arqueológicas. En febrero, ArqueoAntro solicitó al Ayuntamiento de Madrid los permisos de ocupación de terreno para empezar a trabajar. Pero el trámite burocrático y la exigencia de documentos y requisitos por parte de Cibeles dilataron el procedimiento hasta que en mayo, la solicitud fue archivada. Entretanto, el Ayuntamiento de Madrid contrató por su cuenta, por más de 16.000 euros, a una empresa para hacer una exploración con georradar y tomógrafo. El estudio contratado por el Consistorio indicó que había un hallazgo “altamente compatible” con el enterramiento y otra “anomalía secundaria” incompatible con una fosa, pero que tampoco debía “descartarse del todo”.Tras un largo pulso con el Ayuntamiento, finalmente, se consiguieron los permisos de ocupación de terreno. A finales de julio, en un trámite exprés, también se obtuvo el aval de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. Ahora, a partir de este martes, ArqueoAntro tendrá un mes para explorar las dos anomalías detectadas por el estudio contratado por el Ayuntamiento. Solo la tierra dirá qué viene ahora para el barrio que le plantó guerra a Cibeles por cuenta de un proyecto de una instalación de basuras que, si se lleva a cabo, quedará junto al Colegio Alemán, el colegio Santa María La Blanca, la escuela infantil Sol Solito, el cementerio de Fuencarral y numerosas viviendas.Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.SIGUE LEYENDOSuscríbete aquí a nuestra newsletter sobre Madrid, que se publica cada martes y viernes.