El partido lo comenzó ganando Marruecos en las gradas, con un 70% de apoyo por parte de su afición frente al 30% para España. A pesar de la amplia mayoría de seguidores marroquíes, la afición española mostró algunas banderas de apoyo en el Vélodrome, que no alcanzó su capacidad máxima de 67,000 espectadores.
Durante el himno de España, hubo algunos pitidos y bengalas por parte de la afición marroquí, pero fueron rápidamente silenciados por un aplauso generalizado. A pesar de la presión de la afición local, España logró mantener la calma y controlar el partido con una sólida circulación de balón y presión en la recuperación.
El guardameta de Marruecos, Munir El Kajoui, demostró su habilidad con las manos al detener un potente disparo de Fermín desde larga distancia en el minuto 21. Sin embargo, un error de Pablo Barrios resultó en un penalti a favor de Marruecos en el minuto 33, que Soufiane Rahimi transformó en gol, estableciendo un nuevo récord en el torneo.
A pesar de los intentos de España por igualar antes del descanso, fue en la segunda mitad cuando lograron la remontada. Un gol de Fermín en el minuto 66, tras una jugada de Adrián Bernabé, y otro de Juanlu Sánchez, aseguraron la victoria para España y la clasificación para enfrentarse a Francia en la siguiente fase del torneo.