El conjunto madrileño, campeón de Europa en el cambio de ciclo tras Pablo Laso, saboreó una Copa que venía siendo bastión azulgrana. La defensa del segundo tiempo y la actuación de Vincent Poirier (17 puntos y 8 rebotes), Guerschon Yabusele (15 y 9), Facundo Campazzo (18) y Dzanan Musa (15) encabezó el desquite blanco después de cuatro finales coperas perdidas contra el Barça.
El ‘torneo del ko’ no sirvió esta vez para reforzar un proyecto culé a examen. El Barça llegaba lanzado, en su mejor momento en cinco meses con Grimau después de empezar con muchas dudas y tres Clásicos perdidos. No agarró su oportunidad de crecer con un título este nuevo Barça, frenado por el Madrid de siempre, habitual de finales y ganador de títulos tras la épica Euroliga.
Málaga se alió con el Madrid y de nuevo con Campazzo, elegido MVP del torneo como lo fue en 2020. El argentino, de regreso esta campaña al equipo blanco, fue el motor de los suyos en los tres partidos en el Carpena. La Copa se encaprichó del relato blanco en su regreso a la sede malagueña y el Madrid defendió su dominio en el palmarés, con 29 trofeos por los 27 del eterno rival.
La final de Málaga 2024 fue bonita desde el principio porque fue por barrios y nadie se la quiso perder. El Madrid trató de imponer su ritmo, salió más fuerte, pero el Barça aguantó con dos triples de Laprovittola. Los blancos frenaron de inicio el vendaval ofensivo que llevaban los catalanes en el Carpena (210 puntos), pero el argentino fue indetectable para dar la vuelta a un 17-11.
Los de Grimau igualaron el parcial y en el segundo mantuvieron la inercia positiva sumando con todo el que saltó al parqué (19-24). El Madrid tampoco se quedó atrás en aportación y Poirier se entendió con el ‘Chacho’ Rodríguez y Mario Hezonja firmó 12 puntos en el segundo cuarto. El Barça remó con Satoransky, Brizuela y Parker, mientras que Kalinic lo dejó en 43-45 al descanso.
EL MADRID SUBE EL NIVEL HASTA LA VICTORIA
La final subió el nivel y saltaron chispas debajo de los aros. Deck y Tavares sacaron el músculo de los de Mateo, mientras que Vesley y Parker fueron los guerreros de Grimau. El de Cabo Verde sumó la tercera falta pero Poirier volvió a ser un seguro. El Barça se quedó atrás en esa vuelta de tuerca de los blancos, sin los minutos de mucha calidad que venía dando Willy Hernangómez.
El Madrid atascó la pintura también con Yabusele y anotó más por fuera, un combo que tiñó la final de blanco en el inicio del último cuarto (77-68). Con dos triples en toda la segunda parte, el equipo de Grimau se vio contra las cuerdas en la cuenta atrás. Además, la defensa azulgrana permitió tiros abiertos del rival en un momento delicado y no estuvo tan firme en el uno contra uno.
El marcador no dejó de sonreír a la baza madrileña, eliminado Vesley y con Satoransky acaparando la guerra por su cuenta. Poirier y Campazzo remataron la final ante un Barça que murió en la orilla sin mucha resistencia. No fue impulso para Grimau, que tendrá que rearmar la confianza para la Liga y la Euroliga, y sí confirmación para Mateo, quien sabe llevar al Madrid a lo más alto.