El cultivo de la jara negra se revela como una actividad rentable en la Sierra Norte de Madrid, según el proyecto Biocistus 4.0 liderado por el IMIDRA y presentado por el consejero de Medio Ambiente en Berzosa del Lozoya. Gracias a la mecanización de la cosecha y la aplicación de tecnologías de la información, se han obtenido productos de gran pureza y alto valor añadido con múltiples aplicaciones en diversas industrias. Entre ellas, se destaca la perfumería, cosmética, farmacéutica y producción animal.
La goma o ládano extraído de la jara negra es un excelente fijador con aromas similar al ámbar gris, mientras que su aceite esencial presenta propiedades astringentes, fotoprotectoras, cicatrizantes y biocidas, lo que lo hace ideal para la formulación de cremas de belleza destinadas a eliminar manchas y daños en la piel. Como ejemplo, el IMIDRA ha desarrollado una crema a base de hidrolato de jara con propiedades fijadoras de perfume, calmantes y antimanchas para el tratamiento de la piel.