Al paseo de la Ermita del Santo muchos llegan por pura inercia, arrastrados por la circulación de la masa de gente que los lleva hasta allí. Otros tantos acuden por la tradición de venerar a San Isidro labrador en su día grande. Y mientras, unos pocos, tal vez los más optimistas, se desplazan expresamente hasta la puerta del santuario para ver si esta vez sí, les cae del cielo la buena suerte. Hoy la suerte la lleva colgada del cuello Víctor García, de 57 años, trabajador de la ONCE que se mueve a contracorriente por los alrededores de la iglesia y que, a una del mediodía, lleva casi 200 cupones vendidos. García es una especie de termómetro del ambiente que se respira este 15 de mayo en la Feria de San Isidro. “Todo son risas y cordialidad hasta que llegan los políticos”, advierte, señalando a su espalda, donde se encuentran todos los medios de comunicación a la espera de que vayan dando su respectivo canutazo los representantes de los diferentes partidos. “Es una pena. En cuanto que les ven llegar empiezan las discusiones entre los que antes estaban de risas. Me parece muy mala señal, ¿no crees?”, pregunta.
Un grupo de chulapos en la feria de San Isidro.
El carrusel de autoridades desfila delante de la Ermita del Santo junto a su séquito de fieles, que aplauden al final de los discursos si ven que se puede escuchar algún abucheo entre la gente. Organizados, casualidad o no, de izquierda a derecha, van apareciendo Rita Maestre, Íñigo Errejón, Juan Lobato o Reyes Maroto antes de que lo haga el alcalde, Jose Luis Martínez Almeida. El primer edil ha retrasado su llegada a la pradera debido a la entrega de las Medallas de Honor y de Madrid que presidía esta mañana en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles. Un acto marcado por la ausencia de Más Madrid, que ha calificado el otorgamiento de la Medalla de Honor a la comunidad judía de Madrid, que en origen iba a ser para el pueblo de Israel, como un “homenaje encubierto”.
“Nadie es ajeno a cómo la condecoración a la comunidad judía de Madrid planteada por Almeida se produce después de no haber podido condecorar al Estado de Israel, que era su primera intención. Con esta medalla, Almeida quiere utilizar al pueblo judío para dar una medalla al Estado de Israel y, en última instancia, al Gobierno de (Benjamin) Netanyahu”, ha asegurado Rita Maestre. Tras su ausencia del acto, Maestre ha declarado que “sigue ocurriendo un genocidio en Gaza”.
Juan Lobaro, junto a Reyes Maroto, atendiendo a los medios de comunicación frente a la Ermita del Santo en la feria de San Isidro.
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