La grieta costó más de 300 horas de rodaje. Dos cineastas independientes se empotraron en las casas de un par de familias madrileñas en vísperas de desahucios solicitados por el Ayuntamiento de Madrid. Cuando en 2017 el equipo de la alcaldesa Manuela Carmena les dio una ayuda de 10.522,42 euros no cubrió ni de lejos los gastos, pero eso era lo de menos. Ganaron premios y viajaron a Estados Unidos o Argentina para mostrar un trabajo que narraba con personajes reales el dolor de perder un hogar, la solidaridad de los vecinos y el ánimo de lucro de los caseros. El documental sigue exhibiéndose en salas alternativas porque la crisis de la vivienda es un tema vigente, pero sus autores recibieron hace poco un mazazo. Agarrándose a una cuestión de forma, el equipo del alcalde José Luis Martínez-Almeida les ordenó a finales de 2023 devolver la ayuda más intereses. Son 13.500 euros que ellos han tenido que “sacar de debajo de las piedras”. Están peleando en los juzgados para recuperar ese dinero.
Los autores de La grieta iniciaron la película con sus propios fondos en 2013, durante lo más profundo de la crisis de los desahucios. Trabajaban haciendo vídeos para la Federación Internacional de Voleibol y este proyecto surgió por su inquietud. Un día sí y otro también, se despertaban en Lavapiés con los cánticos de vecinos en guerra contra policías que pretendían echar a la calle a alguno de ellos. Sacaron horas de su tiempo para grabar las asambleas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).