Este enero, los Reyes Magos traerán a Madrid algo más que regalos: el inicio de dos largos años de calvario circulatorio en el flanco suroeste de la ciudad. Se trata de las obras de soterramiento de la A-5 entre la avenida de Portugal y la del Padre Piquer, por el que circulan 80.000 vehículos y más de 40 líneas de autobuses urbanos e interurbanos al día, y al que, después de tres meses de trabajos preparatorios, llegarán los desvíos y los atascos a partir del 15 de este mes. A dos semanas, las administraciones siguen sin ponerse de acuerdo en dos puntos clave: la R-5, que todos consideran que debe ser gratis para particulares pero cuya factura nadie quiere pagar, y la habilitación de un carril bus-VAO hasta Príncipe Pío para absorber los movimientos hacia y desde las grandes ciudades del área metropolitana.
Para empezar, el comienzo de las grandes afectaciones al tráfico estaba previsto para diciembre, pero el Ayuntamiento y el Ministerio de Transportes acordaron posponerlo a enero. Parecía que se iba a retrasar aún más por exigencias del Gobierno central, que pedía más tiempo para poder realizar el refuerzo de Cercanías, pero el 29 de noviembre, Borja Carabante, delegado madrileño de Movilidad, se reunió con el secretario general de Movilidad Sostenible del ministerio, Álvaro Fernández Heredia, y hubo fumata blanca.
Aunque las obras comenzaron el 11 de octubre, los verdaderos problemas se producirán a partir de ahora, sin fecha exacta. “A partir del 15 de enero”, reitera a este diario una portavoz municipal, en referencia al corte de los cuatro carriles de entrada, momento en el que todo el tráfico, tanto de entrada como de salida, se desviará hacia los cuatro del norte que hoy sirven para abandonar la ciudad rumbo a los municipios del oeste de la comunidad, a Extremadura y a Portugal. Es decir, los cuatro carriles por sentido se reducirán a dos.
El plan de movilidad anunciado por el Ayuntamiento en octubre contempla cinco vías alternativas, un refuerzo del 9% en el metro y del 7,3% en la Empresa Municipal de Transportes (EMT). “Es el vigente hoy, pero sufrirá cambios”, admite la portavoz, que no puede avanzar por dónde irán las modificaciones. A este plan se suma uno alternativo presentado el 30 de diciembre por Transportes, según el cual la R-5 será gratuita, pero solo para los autobuses, la A-5 tendrá con un carril exclusivo para estos vehículos desde Móstoles y habrá 40.000 plazas adicionales en la C-5 de Cercanías, cuyo refuerzo pasa de un 15% inicial a un 40%, con un tren cada cuatro minutos en hora punta. Sin embargo, aún quedan flecos.