Carlos, un residente de Las Musas (Madrid), ha admitido estar recibiendo tratamiento psiquiátrico debido a la situación límite que está atravesando. Tras comprar una casa para sus padres en la zona y alquilarla, su inquilina ha terminado ‘okupando’ la vivienda.
Según Carlos, se siente indefenso ya que sus denuncias no han tenido efecto, el propietario del piso necesita el inmueble y los precios de los alquileres superan su capacidad económica.
A pesar de esto, su okupa ha sido catalogada como “vulnerable” por el juzgado, lo que implica que no está obligada a abandonar la vivienda hasta que los servicios sociales le proporcionen una alternativa habitacional. Según Carlos, la inquilina ha rechazado las opciones de alojamiento municipal que se le han ofrecido.


